De lo personal a lo Transpersonal. Liberando los nudos en tu cuerpo.

Posiblemente muchos de nosotros/as estaríamos de acuerdo con la trillada frase "Hay que ser uno mismo/a". 

Usamos esta frase con ligereza dentro de la conversación, como si decirla cerrara el tema, como si ya hubiésemos llegado a una conclusión que lo deja todo claro.

Sin duda en la conversación "social" (xerrameca como decimos en Catalunya) hemos vaciado de sentido "ese auto-conocimiento" al que la frase alude. 

Pero curiosamente para algunas/os lejos de ser un tema vanal el auto-conocimiento, se ha convertido en  un tema central en nuestra vida.  

Casi sin quererlo nos hemos encontrado preguntándonos alguna o infinidad de veces ¿qué es ser una misma/o?.

Entonces esa afirmación "Hay que ser uno mismo", la hemos convertido en una pregunta y con ello, sin pretenderlo, hemos vuelto a llenar de contenido lo que encierra la frase.

 Personalmente abrirse a esta pregunta existencial, me parece como abrir la caja de Pandora. 

Dice el mito que fue Pandora la que abrió la caja que contenía los males del mundo. Sin embargo dice la "wiki" que para el nombre«Pandora» hay varios significados: panta dôra, (que tiene todos los dones) o pantôn dôra (que tiene dones de todos los dioses).
 Así pués me parece que la pregunta ¿Quién soy yo? es la Pandora que abre el inconsciente y con el inconsciente en marcha, todo lo que no me deja Ser sale a la luz. Salir de la caja. Libre para ser yo misma/yo mismo.
 Es interesante que en el mito, es la que "tiene los dones de los dioses" la que abre la caja.
La necesidad de auto-conocimiento empuja de muchísimas formas. Pandora nos moviliza desde dentro mismo casi sin haberlo querido.

 Parecería lo más natural que en este punto existencial de nuestra maduración, cuando nos abrimos a la gran pregunta "¿Quién soy yo?, todo se diera de forma simple. Llegar a Ser plenamente lo que se está diseñado/a a ser, lo que ya se es en esencia. Como proceso lógico de evolución.
Sin embargo en los seres humanos, múltiples nudos, obstáculos, tensiones o resistencias nos frenan el proceso de ser plenamente un ser humano completo, con todas sus potencialidades despiertas: inteligencia, afectividad y energía vital. La expresión saludable de estas potencialidades es el rasero necesario en nuestra encarnación, para convertirnos plenamente en la respuesta a nuestra pregunta. Para ser lo que somos.

El cuerpo, donde el Ser obviamente se manifiesta con claridad, es el lugar donde se alojan muchas memorias de todo lo que no se resolvió completamente en la historia personal y que se arrastra a lo largo de la vida, creando frenos físicos, mentales y emocionales.
El propio cuerpo es el lugar donde sentir de nuevo "los truenos y males del mundo": aquello que se guarda inconsciente, apartado, desconectado de la consciencia. El propio cuerpo es el lugar donde conectar con lo que contiene mi caja de Pandora particular. Traer de nuevo al presente lo que no se pudo sentir, vivir completamente en el pasado.
Tu cuerpo, generoso portador de innumerables cargas, a veces no puede más y 
es muy positivo brindarle un espacio seguro, donde el cuidado y la calidad de contacto y escucha con lo que vives, te permitirá abandonar poco a poco las corazas y sostener los ruidos que se producen al liberarte de tus nudos. Ofrezco en mis cursos ese lugar de reencuentro con la salud encaminada a un funcionamiento completo.
Sigue sorprendiéndome después de muchos años, la riqueza de auto-conocimiento y sanación, que el cuerpo facilita y cómo nos acerca al encuentro con nuestra realidad existencial. Su veracidad y simplicidad, es como un libro abierto en el que hay que aprender a leer una lengua distinta, el lenguaje de la autenticidad.
El viaje "De lo personal a lo transpersonal" es sin duda un viaje donde no podemos ignorar al cuerpo. Un viaje sorprendente, fuera de todo lo previsible, un aprendizaje constante a entregar lo que ya se conoce desde lo corporal a una realidad existencial que misteriosa y sencilla al mismo tiempo, nos permite ser nosotros/as mismas.